Beatriz Preciado, Testo yonqui y la espiral de género

Beatriz Preciado - Testo yonqui - cubierta
Como somos una gente muy moderna, tenemos internet, TDT, móvil y ciento y la madre accesos a canales de información cultural, contracultural, subcultural, infracultural y etcétera, a la que llegas a los treinta o así bien puedes sentirte como que estás ya de vuelta de todo. Codificar, descodificar y recodificar la información en tema y variaciones ad infinitum, romper los bordes limítrofes de ideologías reificadas y transformar los conceptos en fluidos circulantes a través de membranas permeables, pasar de lo Alto a lo Bajo sin solución de continuidad y resituando la escala normativa a cada nuevo paso; el valor, el uso, la pragmaticidad, la disolución moral, estética, religiosa, política en precipitados siempre dispuestos a nuevas mezclas; sobrecarga de información que deviene hastío, ironía, celebración, jeremiada, en el fondo da igual. Sin puntos de referencia fijos, los lugares de imantación, de sobrecarga, no dejan de ser lugares de paso, visitables, pero nunca auténticos hogares, ni siquiera lugares de reposo. Las dialécticas entre esos lugares se han convertido en algo mutante, metamórfico, con lo que los esquemas clásicos -comenzando por la propia dialéctica- son siempre insuficientes, siendo la omnicomprensividad, siquiera el fundamento, la clásica zanahoria delante del burro que, esta vez, más que conducirnos por un camino hacia algún tipo de final, será, todo lo más, el arranque de nuevos extravíos.

Así las cosas, y por si nos creyéramos algo de todo esto -la propia reflexividad de cualquier esquema comprensivo se aplica también al esquema anterior, con lo que, obviamente, se autodesmonta a sí mismo; se siente, es lo que hay, o lo que no-, dar con una obra como Testo yonqui, de la filósofa Beatriz Preciado, bien puede convertirse en una nueva creación de zonas de imantación, de recodificación y de sacudida de las sinapsis. Porque, pese a todo, tal y como sigue habiendo ciertas zonas privilegiadas, más o menos herederas de tiempos pasados, que, si no del todo hegemónicas, sí son, digamos, propias del mainstream, del mismo modo coexisten zonas alt, lo suficientemente minoritarias como para que un primer contacto con ellas guarden todavía cierta capacidad de epatamiento o, cuando menos, de sorpresa, de novedad.

Y es que el submundillo que nos trae Preciado en este vigoroso ensayo está protagonizado por grupúsculos identitarios cuya visibilidad progresiva los ha hecho accesibles, al menos, a una parte del mundo, pero en versiones generalmente dadas por los controladores genéricos de la información, y todavía lejos de la autocomprensión, o de ciertos modos de tal autocomprensión, de los colectivos mismos. El esfuerzo de Beatriz Preciado parece dirigirse a articular toda una serie de neo-términos dentro de una red comprensiva para dar sostén teórico a una serie de dinámicas, realidades, maneras de vida, de expresión, etc. peculiares dentro del mundo de, por abreviar, las putas, las bolleras, los transexuales, los maricas (2), los practicantes de BDSM, en suma, las personas -y sus modelos- cuya identidad y comportamiento sexual sigue siendo, hasta cierto punto, "alternativo", esto es, "minoritario" no tanto en un sentido estadístico o cuantitativo -que seguramente también-, sino, digamos, cualitativo, en tanto parecen permanecer ciertas barreras opuestas a las codificaciones, descodificaciones, recodificaciones, etcétera de estas personas y colectivos, o más bien, en tanto las comprensiones relacionadas con el género, la identidad y la práctica divergen no sólo confrontando una masa social tipificada bajo los parámetros diversos de lo políticamente correcto, las versiones religiosas, conservadoras, progresistas, etc., con maricas, bolleras, putas, transexuales, etc., sino tomando en cuenta la propia autocomprensión de estos últimos. El resultado global, como no podría ser de otro modo, es de una pluralidad y complejidad que a la fuerza ha de ser resistente a los intentos de totalización de cualquier marco teórico que se pretenda omnicomprensivo; vistos los precedentes y el propio ejemplo de Beatriz Preciado, ello no será óbice para que se realice, al menos, el intento.

Una de las cosas que sin duda llamará la atención en este Testo yonqui es el modo en el que Beatriz Preciado combina, alternativamente y como contrapunteando, los pasajes en primera persona, supuestamente autobiográficos, con otros donde adopta el tono más o menos impersonal del teórico, del erudito. Siguiendo el primer tipo de discurso seremos testigos de la crónica vital de Beatriz Preciado a través de diversos hitos: una pérdida luctuosa, su relación con la escritora y directora cinematográfica Virginie Despentes, su decisión de tomar testosterona en gel y sus consecuencias... La sinceridad, si la damos por buena, de Preciado en estas páginas es casi desarmante: la descripción de los cambios en su organismo, de su vida sexual, de sus sentimientos y pensamientos, no ahorra detalles íntimos -propios y ajenos-, ni pornográficos. Con todo, y tal y como comentábamos al principio, la capacidad de epatar por estos medios probablemente esté, a día de hoy, bastante minimizada, consecuencia, entre otras cosas, del hecho de que internet, principalmente, ha llevado todo tipo de prácticas y versiones sexuales "minoritarias" al mainstream, en tanto están permanentemente disponibles para, al menos, todos aquellos países del globo donde los gobiernos no realizan un control filtrado de la información en la red. Lo cual no quita que, por ejemplo, un libro como Zonas húmedas, de Charlotte Roche(3), haya sido un best-seller en su país de origen, Alemania, y que haya sido traducido con éxito también en otros países. En todo caso, y para ser justos con Preciado, suponemos que toda esta parte del libro expresa lo que expresa y tal y como lo hace, más que por un intento mejor o peor conseguido de provocar, más bien con una intencionalidad distinta y más coherente con la obra en sí. Así pues, bien podemos leer los segmentos del periplo vital de Beatriz Preciado como una suerte de "estudio de caso", como una disposición voluntaria a ser cobaya en el experimento psicológico, socio-político de la propia autora.


NOTAS.
(1) PRECIADO, Beatriz. Testo yonqui. Madrid: Espasa Calpe, 2008.
(2) Estas denominaciones, que a la fuerza habrán de sonar despectivas, son utilizadas en el marco de la obra de Preciado (y en el "submundillo" del que da cuenta) casi al modo de términos técnicos, en un giro no exento de una ironía más que intencionada.
(3) ROCHE, Charlotte. Zonas húmedas. Barcelona: Anagrama, 2009.

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